Reto automático

A mí de verdad que me gusta ir a los extremos: primero me daba pánico manejar y me resistí por mucho tiempo. Luego, ya que aprendo, me aloco y ahora quiero manejar todo el tiempo.

Pero cuando una piensa que ya lo tiene todo dominado, las cosas más curiosas pasan: hoy una persona me pidió de favor mover su coche. Sólo había que retroceder un poquito, no era para nada una maniobra complicada.

Me dio sus llaves y yo por dentro pensé: "No tiene ni idea de que al único coche al que le tengo confianza es al mío", pero la verdad, explicar lo ñoña que soy al volante me dio pena.

Me acerqué al coche, una camionetita Jeep, quito el seguro, entro, me siento y me doy cuenta de que por dentro es un coche pequeño, que incluso me dio hasta cierta sensación de encierro.

Trato de buscar una palanca o botón para echar el asiento un poco para atrás y al jalar algo, me quedo con una pieza de plástico en la mano. Risa nerviosa. No había roto nada, sólo la zafé, así que con la misma, la volví a colocar en su lugar.

Bajo la mirada para ver dónde están los pedales: 1, 2... verde, falta uno... Volteó a ver y me encuentro con una palanca diferente: es un coche automático. Aaarggghhh, nerviooos, yo no manejo automático.

Así es, tenía nervios por la cosa más estúpida del mundo: porque yo aprendí con standard, porque yo siempre he andado con la sensación de control que te da el ir soltando el clutch poco a poco. ¿Qué tanto es tantito en este coche? ¿Cuánto tengo que acelerar?

Muy torpe y estúpidamente, con frenones a cada milímetro, corrí el coche. Cero rayones, nada de choques, ninguna pérdida humana. No hubo daños que lamentar... salvo mi confianza personal.