Me levanté temprano, fui a comprar nuevos limpia-parabrisas para mi auto, perseguí a una de mis gatas, me perdí en el camino a llevar a la otra al veterinario, Xena se estresó muchísimo por andar en el coche. Ya que la vacunaron, me llamaron del trabajo y tuve que ir a resolver una pequeña urgencia.
Llegué bien acá a la oficina con mi jaulita y mi gata adentro maullando lastimeramente. Coworker, bien lindo, hasta le ofreció agua porque la veía con la lengua de fuera, síntoma de stress felino. Mi jefe hasta quería que la metiéramos a que diera la vuelta. Luego le mostré otros síntomas de stress felino -se cagó y se orinó en la jaula- y estuvo de acuerdo en que la dejáramos dentro de su jaulita en la entrada.
Pobre Xena: la secuestré, la inyectaron y luego hasta le tocó hasta ir a trabajar conmigo.
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