Otra vez volví a soñar con Argentina. Al principio pensé que estaba en Playa del Carmen porque estaba con mis papás, pero el paisaje tan diferente y la gente hizo evidente que estaba volviendo a soñar con Argentina.
Recuerdo que estaba con mis papás en una casa como de dos pisos, pero alargada, muy al estilo casa de aldea, una onda muy rústica, con mucha madera y piedra. Incluso habían panes enormes y la comida igual muy diferente. La casa estaba frente a un mar frío y picado.
Salí a conseguir algo, no recuerdo bien qué y un argentino me pidió una dirección, traté de orientarlo pero no supe bien. Era muy parecido a uno que vi en un programa de concursos, muy sonriente, muy expresivo, terminó convenciéndome de que lo acompañara.
Paseamos por las calles, creo que me llevó a un museo, luego a un restaurante donde estaba su familia y todos gritaban cosas entre sí, muy felices, muy confuso. Terminamos jugando una especie de rally con unos amigos suyos.
Recuerdo que estaba corriendo y pensé: mis papás deben estar preocupados. Aproveché el relajo para dispersarme y volver a la casa.
Saludé a mis papás y mi mamá me dijo:
- Seguro te la pasaste muy bien con tus amigos, no te vemos desde ayer, luego tienes que contarnos cómo te fue.
- Sí...
Me daba algo de incomodidad de explicarles qué había estado saliendo con un argentino porque no quería que se hicieran ilusiones jajajaja, el argentino me caía muy bien y eso, pero no tenía un interés romántico en él.
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