Una vez pedí pizzas: una grande y una mediana. La mediana la pedí de piña, jamón y tocino, o sea una hawaiana mejorada, onda supreme.
Los dorks de las pizzas, se equivocaron de clave al teclear mi pedido y me trajeron una pizza de pico de gallo. Sí, de salsa de pico de gallo. El caso es que me regalaron la pizza de pico de gallo y además me llevaron la hawaiana.
Cuando uno de mis hermanos llegó, me preguntó por qué habían tantas pizzas y le conté lo que pasó.
- Bla bla bla... y en lugar de una pizza hawaiana me trajeron una pizza de pico de gallo.
- ¿Pico de gallo?
- Sí.
- ¿Cómo pico de gallo?
- Pues pico de gallo.
- Pero trae... así... ¿piquitos de gallo?
Hay cosas que simplemente no tienen precio.